El zombi de la UE usa a Trump como excusa para seguir alimentándose de sus ciudadanos
por Conor Gallagher
Donald Trump es mejor regalo para la desastrosa clase dirigente occidental. Cualquier estafa antidemocrática en la lista de deseos de la UE se vende ahora como remedio frente al Hombre Naranja. (Y si no para hacer frente a Trump, para hacer frente a Rusia).
EEUU ya no es un socio confiable en materia de defensa, dicen. Debemos darle más poder a Bruselas y enviar miles de millones de dólares a las empresas de armas.
EEUU ya no es un socio económico confiable, dicen. Debemos aumentar la competitividad potenciando el sector financiero a costa de la clase trabajadora.
Los votantes británicos pueden haber optado por el Brexit, pero Londres y Bruselas están “desafiando a Trump” mediante una declaración de “comercio libre y abierto” que incluye negociaciones “sobre defensa y seguridad, pesca y energía, así como un “entendimiento común” de qué temas serán cubiertos por las intensas negociaciones de reinicio del Brexit este año”.
Lo extraño de estos planes, sin embargo, es que incluyen una dependencia de las armas y la energía de EEUU, y la alineación con los objetivos geopolíticos y geoeconómicos estadounidenses.
Centrémonos aquí en cómo la UE está impulsando planes para aumentar drásticamente el gasto de defensa debido al Síndrome de haber sido abandonado por Trump.
La banda de jazz de la UE
Un comentario reciente de Rosa Balfour, directora de Carnegie Europe, resume a la perfección estos argumentos. En un artículo titulado «Europa intentó protegerse de Trump. Ahora está elaborando un plan B», explica por qué la UE no tiene más remedio que redirigir el gasto social hacia la industria armamentística.
La versión romántica de Balfour de la historia reciente comienza el 28 de febrero. Fue entonces cuando tuvo lugar la humillación televisada del presidente ucraniano Vladimir Zelenski, y Europa se dio cuenta de que ya no podía confiar en su aliado de toda la vida, EEUU. Y aquí está ella, hablando de los restos del desastre:
La impactante profundidad y amplitud de esta constatación es innegable. Los líderes políticos de los estados europeos, la Unión Europea y la OTAN mostraron serenidad y coordinación, pero entre bastidores, la banda sonora era una frenética sesión de jazz libre con golpes sordos dramáticos y una larga pausa: el silencio ante la comprensión de que la zona de confort europea había terminado.
Y ahora, ¿qué hacen estos "líderes políticos" serenos y coordinados? Anuncian que Ucrania es la primera línea de defensa de Europa, hacen grandes planes para una "coalición de los dispuestos" y declaran que Ucrania se convertirá en un "puercoespín de acero".
La coalición de los dispuestos se ha desmoronado. El puercoespín de acero fue ridiculizado. Y aunque en el Kremlin probablemente no perderán el sueño, los europeos deberían hacerlo. Esto se debe a que, como escribe Balfour, la Comisión Europea «puede desempeñar un papel de apoyo movilizando recursos financieros y gestionando complejas negociaciones internas».
Esa es una forma de decirlo.
La Comisión avanza poco a poco hacia la invocación de poderes de emergencia para aprobar parte de su fondo para el rearme. Tiene que hacer fente a la oposición del Parlamento Europeo, pero lo cierto es que Ursula puede hacerlo de todos modos con un apoyo mínimo de los gobiernos de la UE. Probablemente solo esté esperando el momento oportuno. Analicemos el estado de los miles de millones destinados a la militarización europea.
El 19 de marzo, la Comisión presentó una propuesta de 150.000 millones de euros —una primera entrega de lo que serán al menos 900.000 millones de dólares— para establecer el Instrumento de Acción de Seguridad para Europa (SAFE) a través del refuerzo del Instrumento de la industria de defensa europea.
Quiere avanzar con ello al amparo de los poderes de emergencia del Artículo 122, que solo requieren una mayoría cualificada en el Consejo —en lugar del consenso habitual—, lo que permite a Ursula y sus amigos evitar los molestos vetos de los países miembros. El procedimiento para el Artículo 122 es el siguiente:
1) La Comisión propone una medida del Consejo; a continuación, 2) el Consejo adopta la medida por mayoría cualificada. No se prevén elementos ni participantes adicionales.
Este artículo permite que la propuesta evite las negociaciones parlamentarias y pase directamente al Consejo para su negociación y aprobación. La función del Parlamento se limita a presentar sugerencias y solicitar debates.
¿Qué les parece este orden basado en reglas democráticas?
En una votación secreta realizada el 23 de abril, la Comisión de Asuntos Jurídicos del Parlamento Europeo respaldó por unanimidad una opinión jurídica que rechaza el intento de la Comisión de eludirla para un fondo de rearme de 150.000 millones de euros.
Si bien es una votación no vinculante, sí indica oposición al plan de Úrsula, pero no es una postura de principios en defensa de la voluntad del pueblo ni ninguna noción romántica por el estilo.
No, se trata más bien de repartirse las porciones del pastel, ya que los grupos de presión de la industria armamentística europea están cada vez más activos en Bruselas y tratan de asegurar que sus clientes sean recompensados. Y gran parte de la débil oposición se centra en lograr una cláusula más estricta de "comprar productos europeos" con el SAFE (actualmente exige que el 65 % de los consumibles bélicos y sistemas complejos provengan de la UE, Ucrania o los estados del EEA/EFTA, que incluyen a Turquía y Noruega).
¿Por qué la comisión de Ursula debe marginar al Parlamento y a algunos Estados miembros para gastar 900 000 millones en compras militares? Lo explican en su propuesta. Ahí está el disparate habitual sobre Rusia:
La UE y sus Estados miembros se enfrentan ahora a una intensificación de la agresión rusa contra Ucrania y a una creciente amenaza para la seguridad procedente de Rusia. Es evidente que esta amenaza persistirá en el futuro próximo, dado que Rusia ha pasado a una economía de guerra que le ha permitido aumentar rápidamente su capacidad militar y reabastecer sus arsenales. Por ello, el Consejo Europeo subrayó, en sus conclusiones del 6 de marzo de 2025, que «la guerra de agresión de Rusia contra Ucrania y sus repercusiones para la seguridad europea y mundial en un entorno cambiante constituyen un desafío existencial para la Unión Europea».
También incluye el Síndrome de haber sido abandonado por Trump:
Al mismo tiempo, EEUU, tradicionalmente un fuerte aliado, conseidera estar demasiado comprometido en Europa y necesita reequilibrar su posición, reduciendo su papel histórico como principal garante de la seguridad.
Una pregunta urgente es qué sucederá con este último argumento de marketing ahora que la administración Trump se ha vinculado con Ucrania a través del llamado acuerdo sobre minerales, pero seguramente si las potencias europeas han llegado tan lejos con crisis fabricadas, podrán superar ese obstáculo señalando la insistencia de Trump en lo que ellos llaman una paz injusta para Ucrania.
Así que el "rearme" por decreto de emergencia supranacional debe llevarse a cabo, con Balfour de Carnegie y todos los demás bufones plutócratas de los think tanks transatlánticos celebrandolo como una victoria contra las hordas autocráticas fuera de los muros del jardín. Aquí está Balfour resumiendo nuevamente el estado de ánimo entre la multitud:
…se ha trazado una trayectoria de cambio con potencial transformador, no solo para el continente europeo, sino también para la reorganización global de las relaciones internacionales post-americanas. La banda de jazz ha recuperado el ritmo, aunque la melodía no sea del todo armónica.
No estoy seguro de si Balfour escucha música o el tintineo del oro y la plata. Aunque puede ser difícil escuchar algo con el estruendo de la élite de «Spirit of 1914», siempre falta una nota en el género de la militarización. Seguramente Balfour, aficionada al jazz, debe saber que la curiosidad se consideraba uno de los ingredientes esenciales de la música. Si aplicamos eso a su metáfora del jazz extendida, podríamos empezar a plantearnos preguntas como:
¿Por qué la UE necesita repetir todo este rollo de la militarización?
¿Por qué no puede haber paz con Rusia?
¿Por qué las naciones europeas ayudaron a sabotear las anteriores negociaciones de paz entre Kiev y Moscú?
¿Por qué la UE ayudó a EEUU a derrocar al gobierno de Ucrania y utilizar al país como ariete contra Rusia?
¿Por qué la élite de la UE anhela tanto una guerra con Rusia?
¿No es la UE más segura y próspera a través de lazos amistosos y comercio con Rusia?
¿Y por qué la UE, que ya ocupa el segundo lugar mundial en gasto en defensa, debe gastar muchísimo más? ¿Cuánto la hará segura, competitiva e independiente?
Estas preguntas nunca se abordan. Simplemente se considera natural que Rusia sea el enemigo de la UE y que esta deba conseguir armas de gran capacidad y alto coste porque Trump es malo. Lo triste es que este mensaje incesante que difunden los medios europeos está funcionando, al menos según las propias encuestas de la UE. Esto no sería del todo sorprendente considerando que este mensaje se difunde sin parar en los medios de la UE.
De cualquier manera, los gobiernos europeos están aprovechando la situación. Dieciséis países solicitan a la UE margen fiscal para gastar grandes sumas en defensa, peticiones que nunca se hicieron durante la interminable austeridad presupuestaria para gastos sociales.
Sí, los ciudadanos del bloque seguirán viendo cómo su nivel de vida se deteriora, pero no se preocupen, la ampliación de la UE y un mayor gasto en militarización generarán mayor competitividad. De hecho, ya empieza a notarse:

A pesar de los considerables obstáculos que enfrenta la industria de defensa europea (y un breve período de enfriamiento debido al shock arancelario), los precios de sus acciones están por las nubes, ya que los inversores esperan que Bruselas les brinde un apoyo infinito.
Sobre esos obstáculos…
Una investigación del Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo (SIPRI) muestra que Europa aumentó dos veces y media sus importaciones de armas en los últimos cinco años en comparación con los cinco años anteriores, y que dos tercios de ellas provenían de EEUU.
Incluso otros autores de Carnegie Europe tienen dudas sobre el programa de la UE. Como explica Judy Dempsey, investigadora sénior no residente de Carnegie Europe:
Que se lo digan a Polonia. Está construyendo rápidamente su infraestructura de defensa comprando equipos estadounidenses. Cuando Varsovia quiso comprar en otros países, como Corea del Sur, recibió una fuerte presión de Washington para que no lo hiciera. Este es un punto importante. EEUU quiere que Europa asuma una mayor responsabilidad en su defensa, pero no a expensas de la industria militar estadounidense. Es un importante proveedor de componentes militares para muchos países europeos. Lograr esa ruptura requeriría tiempo y la voluntad política de Europa para desarrollar una estrategia común de defensa y adquisiciones.
Más allá de la considerable presión política, también está el hecho de que los plazos de entrega en materia de capacidades de defensa son largos. Por lo tanto, parte de la estrategia de la UE es enviar miles de millones más a Ucrania para que pueda desarrollar su industria de defensa. La razón es que es un lugar mucho más barato para fabricar armas que Europa Occidental, y ya cuenta con un sector de fabricación de defensa en funcionamiento. De acuerdo, entonces.
Pero ¿existen algunas errores en esa lógica?
En primer lugar, Ucrania es actualmente el mayor importador de armas del mundo, absorbiendo el 8,8 % de las transferencias globales. En segundo lugar, los misiles Kinzhal rusos podrían influir en la producción de los fabricantes de armas ucranianos.
Es difícil ver qué efecto tiene todo esto en la competitividad europea, y mucho menos en el Josef, José o Giusseppe promedio. Balfour comenta que todo esto debería venderse a la clase obrera:
Políticamente, para garantizar el apoyo público al rearme europeo y compensar los costes inevitables, los esfuerzos de defensa deberían formar parte de una estrategia más amplia de innovación económica y tecnológica. De hecho, estos esfuerzos podrían impulsar la estancada economía europea. A nivel de la UE, las soluciones se encuentran en recomendaciones recientes sobre competitividad, productividad e innovación tecnológica.
De hecho, los primeros 100 días de Trump están llevando a la UE a dar un impulso a proyectos que llevan años en marcha. Vincular estos objetivos con la ampliación de la UE a Ucrania, Moldavia y los Balcanes Occidentales aporta una nueva perspectiva a la ampliación del mercado único. La expansión de la UE y la profundización de la relación con otros países europeos, como el Reino Unido, Suiza y Noruega, contrarrestarían la fragmentación que sufre el continente debido a la competencia entre grandes potencias y las tensiones políticas internas.
Da miedo por su confianza mecánica y simplista. En ningún momento de esta esperanzadora presentación PowerPoint se mencionan las considerables desventajas, que incluyen en el peor de los casos la destrucción total de Europa.
Quizás la mejor esperanza sea que los planes de estos insensatos para el rearme de la UE sean solo una estafa monumental. Pero se podría decir lo mismo del complejo militar-industrial estadounidense, y ya vemos lo que ha provocado: muerte y destrucción sin fin, y numerosas guerras perdidas. Sin embargo, una diferencia clave entre los planes de militarización transatlántica es que EEUU está aislado entre dos océanos. La UE no solo limita con Rusia, sino también con un régimen neonazi en declive en Ucrania, lo que hace que su adhesión a un complejo militar-industrial sea una propuesta mucho más arriesgada.
Las estafas tienen una forma de cobrar vida propia. De hecho, se podría argumentar que la trayectoria actual de la UE es la de un zombi impulsado por su rusofobia, que redistribuye el dinero hacia arriba en nombre de ese odio. El problema es que la esperanza de vida no es larga para los zombis y quienes los rodean.